Misterio Bajo la Carpa

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Capítulo 3

Buscadores del Misterio

El hombre que abrió la puerta tenía el rostro pintado de blanco y una expresión seria bajo su extravagante maquillaje de payaso. Vestía un traje a cuadros rojos y negros, y su mirada se clavó sobre Preston que lucía nervioso. No había escapatoria para él. Sus amigos estaban lejos ya que él se ofreció para entrar en el remolque de aquel hombre. Preston se ideó un plan rápido en su cabeza para justificar su presencia en el lugar.

—¿Quién eres tú y qué estás haciendo aquí? —preguntó el payaso, con un tono que denotaba cierta hostilidad.
—Lo siento. No quise interrumpir. Mi nombre es Preston.
—¿Trabajas en la limpieza?

—Oh no. Soy un Buscador del Misterio —Preston cerró los ojos. Pensó que había metido la pata, pero decidió seguir con su historia— mis amigos y yo recibimos un mensaje. Trabajo con la blogger más famosa de esta ciudad.
—No tengo idea.
—Hay algo sucediendo aquí ¿cierto?

El payaso pareció relajarse un poco al escuchar a Preston sobre el misterio que se acontecía en el circo. Preston aprovechó la oportunidad para explicar la situación y el motivo de su visita. Le contó sobre la limpieza de sangre que, seguramente, la persona de limpieza encontró cerca del remolque y la extraña sensación que rodea al circo.

—Mencionaron algo sobre un grito y un payaso que actuaba sospechoso. ¿Eras tú?
—¿Quién te lo dijo?
—Me temo que no puedo revelar mi fuente.

El payaso suspiró y se sentó en una silla, gesto que indicaba que estaba dispuesto a hablar. Comenzó a relatar una historia intrigante sobre la tensión que había crecido entre los artistas del circo y el dueño, el señor Page. Reveló que varios de los artistas, incluido él mismo, habían estado planeando abandonar el circo debido a condiciones laborales desfavorables y problemas financieros.

—Seguro que fue Indira la que te lo dijo. No puedo pensar en otra persona. Esa noche salió algo mal. Uno de nuestros compañeros resultó gravemente herido durante una pelea. No queríamos involucrar a la policía y arruinar la reputación del circo, así que tratamos de manejarlo internamente. La sangre de la que te hablaron fue el resultado de eso.

Preston, aunque intrigado por la historia, no estaba completamente convencido. Sabía que había más en juego, pero decidió no presionar al payaso en ese momento. Los dos acordaron reunirse de nuevo más tarde para obtener más detalles y esclarecer el misterio.

 

****

 

En el patio de entrada, Preston se reunió con sus amigos y compartió la información que había obtenido. Decidieron seguir investigado y descubrir que más se escondía detrás de las Cortinas del Circlo Estelar. La noche caía de forma lenta, y las luces del circo se encendieron, creando una atmósfera aún más enigmáticas.

—El circo se ve precioso de noche —admiró Sage.
—Por eso promueven más las funciones nocturnas. Debe ser por eso —sugirió Terry.
—¿Qué dicen si visitamos el área del Desfile de Rarezas? —preguntó Daniel.
—Andando —aceptó Preston.

Los cuatro amigos se aventuraron en el desfile, donde artistas excéntricos presentaban sus habilidades únicas. Entre las atracciones, notaron a un hombre vestido con túnicas negras que sostenía una bola de cristal. Tenía un paliacate amarrado en la cabeza y su cabello largo y chino se esponjaba sobre sus hombros. Se acercaron lentamente, y el hombre levantó su vista, revelando unos ojos intensos y penetrantes.

—¡Bienvenidos! ¡Buscadores de misterios! —exclamó el hombre, revelando una sonrisa enigmática.

Sage intercambió una mirada de sorpresa con sus amigos. Cada uno trató de establecer una hipótesis sobre la manera en que ese hombre los había recibido.

—¿Sabe quienes somos? —preguntó Sage, sorprendida.
—Oh, es solo mi intuición. He visto muchos rostros pasar por aquí. Soy

Zephyr, el vidente. ¿Qué los trae a mi humilde morada?
Preston y sus amigos compartieron su historia con Zephyr, quien escuchó atento y luego asintió con solemnidad.

—El circo es un lugar lleno de historias intrigantes, y su presencia aquí no pasa desapercibida. Siempre estoy al tanto de los rumores y visitantes. ¿En qué puedo ayudarlos?

Zephyr, resultó ser un conocedor de los entresijos del Circo Estelar. Ofreció información sobre las tensiones entre los artistas y el dueño del circo, así como algunas pistas adicionales sobre el incidente que Indira presenció. Aunque no poseía habilidades sobrenaturales como los chicos esperaban, su conocimiento detallado del circo y capacidad para interpretar las dinámicas sociales resultaron ser muy valiosas para Preston y sus amigos.

Los misterios aguardaban en la función nocturna del circo. La música resonaba en el aire, las luces parpadeaban y el ambiente mágico del Circo Estelar los envolvía a medida que se dirigían hacia la salida.

 

****

 

Al día siguiente, Preston y sus amigos regresaron al Circo Estelar con la esperanza de descubrir más pistas sobre el misterioso incidente y las tensiones entre los artistas. La luz del sol iluminaba el lugar, pero el ambiente aún mantenía una impactante mezcla de encanto y misterio que lo caracterizaba.

Se dirigieron nuevamente al remolque de Freddy, el payaso, esperando obtener más detalles sobre lo sucedido. Sin embargo, al llegar, encontraron el remolque vacío. Freddy no estaba allí. Intrigados, comenzaron a explorar otras áreas del circo, buscando pistas adicionales. A medida que recorrían las atracciones y carpas, Preston notó un pequeño sobre blanco colocado sobre el suelo, como si estuviera destinado a encontrarlo.

—Esto es muy raro. ¿Quién lo dejaría aquí? —preguntó Sage Walker.
Preston lo recogió y notó que tenía una referencia a él y sus amigos escrita en letra cursiva:

“Para los Buscadores del Misterio”.

—¿Alguien lo dejó a propósito? —Daniel era el más intrigado.
—No lo sé, pero más vale que lo abramos.
Sage, Daniel y Terry se reunieron alrededor de Preston, mientras él abría el sobre y sacaba una hoja de papel. Había una nota en escritura elegante que los dejó más curiosos:

“Los hilos del destino se entrelazan, pero en las sombras yacen verdades ocultas. Si buscan respuestas, sigan el rastro del río en la entrada del Circo Estelar. Allí encontrarán lo que están buscando”.

La nota no les dio más detalles, pero la mención sobre el río y la entrada del circo los dejó muy intrigados. Decidieron seguir la pista y se dirigieron hacia la entrada principal del Circo Estelar.

—Me pregunto qué tantos secretos esconde este circo —dijo Daniel.
—¿Se ha presentado siempre? —preguntó Terry.
—Desde que vivo aquí, pero supongo que es la primera vez que se ve envuelto en un misterio como el que estamos tratando de descifrar. Anoche no dormí de solo pensar en las afirmaciones de Zephyr. Me pareció un poco sospechoso que supiera sobre nosotros. ¿Creen que Freddy lo alertó? —respondió Sage, algo inquieta.

—Podría ser. Yo no confío en ninguno de los dos —afirmó Preston.
—Yo no confiaría ni siquiera en Indira, pero será mejor que sigamos indagando. Sage tendrá material nuevo para una historia en su blog, si es que consigue el consentimiento para publicarla.

En la entrada del Circo Estelar notaron un pequeño sendero que se adentraba en un área boscosa cercana. Siguiendo el rastro, descubrieron que el camino conducía a un río que fluía silenciosamente entre los árboles.

En la orilla del río, encontraron algo que los dejó sin aliento: una antigua caja de madera adornada con grabados enigmáticos.
Intrigados, los cuatro chicos abrieron la caja y se encontraron con un conjunto de objetos extraños: cartas de tarot, una pequeña escultura tallada y un viejo diario con páginas amarillentas. Todo parecía estar conectado de alguna manera, pero la verdadera naturaleza de estos objetos y su relación con el misterio del Circo Estelar quedaba por descubrir.

Preston y sus amigos se quedaron allí, junto al río, sopesando la importancia de los objetos que acababan de encontrar. Mientras tanto, el sol comenzaba a ponerse en el horizonte, creando unas sombras misteriosas entre los árboles. Parecía que había más en juego de lo que podían imaginar y el siguiente paso en su investigación estaba envuelto en un velo de incertidumbre.

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