Las Crónicas de Sage Walker

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Capítulo 5

Un futuro brillante

Sage no dejaba de pensar en el descubrimiento de la fotografía. Pasó toda la noche tratando de encontrarle una explicación. No podía ser un defecto de la luz y tampoco una foto mal tomada. Se trataba de un perturbador hallazgo que podría cambiarlo todo.

Sage se quedó dormida cuando dieron las dos de la madrugada y se despertó de un respingo en punto de las ocho. Bajó al área del comedor donde sus tíos, Ben y Alanna, disfrutaban una taza de café. Sage se limpió los ojos y los acompañó un rato.

—¿Estuviste en vela hasta tarde? —preguntó Ben.
—Sí, he estado escribiendo un ensayo.
—¿De verdad? —Alanna se interesó en escuchar.
—Es algo personal.
—¿No estará relacionado con lo que investigabas?

Sage se quedó callada y se tomó rápido su taza de café. Sus tíos, que la miraban con asombro, parecían tener otros planes esa mañana. Sage no quería ser parte de su rutina y menos ese día que tenía mucho por indagar.

Regresó a su habitación donde estuvo gran parte del día revisando sus informaciones sobre la familia Deveraux. Sage estaba inquieta. El hallazgo de la fotografía le hizo pensar en la idea de volver a la casa embrujada, sin involucrar a Daniel, luego de las extrañas sensaciones que este experimento. Sage se arregló y, cuando dieron las cuatro y media, bajó al recibidor con una mochila en la espalda. Sus tíos no se encontraban y se habían llevado el coche. Sage no lo pensó dos veces y cogió su bicicleta.

Atravesó la avenida principal y se condujo hasta la tenebrosa residencia, justo en la salida de la ciudad. Sage dejó la bicicleta en la entrada y atravesó el jardín, haciendo caso omiso del tenebroso espantapájaros. Se quedó parada por un momento frente a la puerta de madera blanca.

Sabía que estaba sola y tenía que armarse de valor para llevar a cabo su misión. Giró la chapa y entró al vestíbulo, escudriñando los interiores cubiertos de polvo y telarañas. Sage escuchó un sonido extraño que provino de la sala. Ella se giró y alcanzó a ver una sombra negra con forma humana. Sage ensanchó los ojos y la miró de pies a cabeza. La sombra extendió su mano y la acercó al rostro de Sage, cuyo miedo se hacía más trepidante.

—Te había estado esperando —susurró la sombra.
—¿Qué? —Sage se impresionó y retrocedió, chocando con una mesa y tumbando una lámpara.

Sage se giró y vio el desorden causado, entonces volvió su vista hacia la sombra, que se movía lentamente hacia otra zona de la casa. Era un lugar que Sage y Daniel no inspeccionaron, así que Sage siguió a la sombra. Su piel estaba erizada y sentía muchos escalofríos, pero creía que era la única forma de encontrar respuestas.

—Tu intuición te llevará lejos —susurró la sombra.

Sage frunció el ceño. No entendía por qué la sombra le susurraba cosas. La siguió hasta una puerta que abrió con cuidado y que la condujo a unas escaleras subterráneas. Sage descendió lentamente, con una linterna en mano y descubrió que estaba en un sótano. Sage iluminó el lugar y encontró un baúl de madera que parecía ser muy antiguo.

La sombra se quedó parada a un costado del baúl y, cuando Sage se acercó más, la sombra se disipó en un destello. Sage se sorprendió y movió la vista para los lados, buscando la sombra. Pero ya no estaba. De pronto, el lugar obtuvo mayor iluminación dejando a la joven boquiabierta.

—¿Y si esa sombra quería que yo encontrara esto? —se preguntó la joven.

Sage se sacudió la cabeza y se acuclilló para abrir el baúl. En el interior encontró cuatro fotografías tomadas durante la década de 1910. En ellas se veía a un matrimonio y una niña sonriendo. En una de las fotos apreció el rostro de Claire Deveraux, que llevaba un atuendo perteneciente a la época victoriana. Sage entendió que la sombra le había guiado al baúl, así que cogió las fotos y otros documentos que encontró y subió al primer piso.

Cuando estaba a punto de abandonar la casa logró ver a la niña Andrea parada en la entrada. Tenía los brazos cruzados y se veía muy molesta. Sage se agachó y pasó su mano por el rostro de la niña, atravesándola.

—Nos volveremos a ver. Lo sabes ¿verdad?
—No, no lo sé, pero creo que por fin lo entendí todo. Nuestros caminos estaban destinados a cruzarse.

Sage movió la vista un poco y de pronto la niña ya no estaba. El sol se había ocultado cuando Sage salió de aquel siniestro lugar. Cuando llegó a casa encontró a sus tíos esperándola. Sage se sorprendió mucho y se sintió abrumada. A Ben le preocupaba que Sage estuviera metiéndose en asuntos peligrosos y más porque la joven parecía evadirlos. Alanna la hizo detenerse en la sala y la cuestionó sobre sus recientes salidas.

—He estado investigando a la niña que le comenté a mi tío Ben. Admito que tomé caminos peligrosos, pero he encontrado suficientes evidencias que prueban mis hipótesis.
—¿De qué hablas, Sage? —preguntó Alanna.
—¿Crees en los fantasmas, tía?
—¿Qué? —Alanna se mofó—. ¿Qué rayos dices?
—Sacret Fire está llena de leyendas que muero por descubrir. Esta niña fue solo el comienzo.

Ben y Alanna compartieron miramientos. El escepticismo de Alanna era trepidante, así que Ben decidió apoyar a su sobrina, le creyera o no. Sage subió a su habitación y dejó todos los documentos que había recolectado sobre su cama. Esa misma noche escribió sin parar hasta que dieron las tres de la mañana. La impresora hizo un sonido crujiente y expulsó cuatro hojas con letras escritas.

La mañana siguiente, Sage casi llega tarde a clases. Cuando arribó a la escuela se encontró a Daniel, que saludaba a media escuela cada vez que un joven entraba por el pasillo principal. Sage lo notó y lo cuestionó de inmediato.

—¿Ahora eres amigo de todos? —preguntó ella.
—Parece que me admiran por plantarle cara a Kevin. Además, hay vídeos que lo prueban.
—Me da gusto saberlo. Eres muy valiente.
—Espero ser ejemplo para los que todavía se sienten intimidados de mostrarse como son realmente.

Sage le regaló una sonrisa. Estaba feliz de que Daniel revelara al mundo su noviazgo con Wilden. Mientras los dos caminaban hacia la cafetería, Sage le contó a Daniel sobre sus hallazgos del día anterior. El joven la reprendió por visitar la casa sola, pero ella insistió en que debía hacerlo.

Cuando salieron de clases, Sage y Daniel se dirigieron al Portal Digital de Sacret Fire donde se reunieron con la señora Ellen Kripke. Sage llevaba su artículo impreso en hojas de papel y Ellen lo leyó durante unos minutos. Al finalizar la lectura, Ellen miró profundamente a Sage. Estaba tan sorprendida de que aquella intrépida joven de 14 años tuviera tal espíritu de valentía y se atreviera a escribir lo que llamó “una pieza maestra”.

—Esto es mejor de lo que yo escribí años atrás, Sage. No me queda duda de que podrías ser una gran reportera o investigadora.
—Gracias —Sage se emocionó mucho— ¿va a publicar mi artículo?
—¿Por qué habría de hacerlo?
—Yo pensé que…
—Oh no, querida —Ellen le entregó las hojas— este artículo es tuyo. No puedo publicar una pieza que no es de mi propiedad intelectual y menos si está escrito por una menor de edad. Necesitaría hablarlo con tu tío, pero te propongo algo…

—Lo que sea —Sage se mostró emocionada.
—Abre un blog y publica el artículo. ¿Conocen los blogs, cierto?
—¡Por supuesto! ¡Tengo decenas de historias escritas!
—Yo puedo ayudarte con la construcción del blog —sugirió Daniel.
—Ahí lo tienes —Ellen sonrió— entonces publica el artículo y yo te voy a entrevistar para que me cuentes sobre tu experiencia en la casa de la bruja Claire Deveraux. Durante la entrevista le diremos a la gente que vaya a leer tu artículo.

Sage se levantó del asiento bastante asombrada y con las manos sobre la cabeza. La propuesta de Ellen era muy tentadora y Daniel parecía también emocionado.
—Este podría ser el inicio de un futuro brillante, Sage Walker.
—Las crónicas paranormales de Sage Walker —dijo la joven, esbozando una sonrisa.

 

****

 

Días después de los eventos paranormales vividos por Sage y Daniel, la joven Walker fue entrevistada en televisión por Ellen, quien era considerada una de las periodistas sacretianas más queridas y con una audiencia de casi cuatro millones de televidentes, que no solo veían su programa en televisión sino también a través del Internet.

Sage apareció en la entrevista vistiendo una boina roja, sus risos rubios caídos, una falda de mezclilla que le llegaba a las rodillas y unas botas negras. Estaba muy emocionada y Ellen no paraba de elogiar a la joven, a quien llamó “la Blogger más famosa de Sacret Fire”. Daniel, que había ayudado a construir el blog de Sage, comenzó a notar un aumento en las visitas en el sitio web de su amiga. Las personas entraban a leer sus artículos como un escape o por curiosidad sobre las leyendas urbanas de la ciudad. Sage llegó a tener más diez mil visitas durante los primeros meses, pero este número creció a medida que publicaba más historias.

Daniel se emocionó tanto con el blog de Sage que le propuso investigar las historias de personas que habían desaparecido décadas antes y que fueron vistas años después merodeando por la ciudad. Cuando Sage estuvo de acuerdo, Daniel la llevó a una bodega, ubicada a unas cuadras de la universidad de Sacret Fire. El lugar era propiedad de los padres de Daniel y había estado abandonado por muchos años. Daniel pensó en usarlo para sus investigaciones y para que Sage trabajara con comodidad en sus historias.

La tarde del 15 de noviembre del 2009 los dos jóvenes instalaron pantallas, sillas y escritorios con la ayuda de Ben Walker, quien aceptó apoyar en secreto el proyecto de los dos chicos. Ben Walker fue el primero que visitó la bodega y le emocionaba que dos chicos tan jóvenes tuvieran las agallas de emprender una misión tan ambiciosa.

—Ahora eres famosa, Sage —dijo Daniel— todos leen tus artículos y les encanta lo que escribes.

—Nunca pensé en lograr esto, pero estoy tan feliz. Creo que, si no hubiera sido por esa niña o la sombra de la casa de Claire, jamás hubiera publicado la historia de esa pequeña y su familia. Yo creo que esa niña quería que le diera un cierre, aunque me dijo que nos volveríamos a ver. Yo espero que no porque así puedo centrarme en buscar más misterios en Sacret Fire.
—¿Qué te parece si le ponemos a este lugar “La Guarida de los Misterios”?
Sage contempló los interiores de la bodega que comenzaban a mostrar más vida y limpieza. Ella, asintiendo con una sonrisa, pronunció una respuesta.
—Me encanta.

Fin.

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