Las Leyenda de los Príncipes Caídos

Capítulo 1
La Desaparición del Príncipe Legendario
Las clases habían iniciado después de un caluroso verano en Terrance Mullen. Las personas disfrutaban de un tiempo en las playas de la ciudad, que parecía recuperar el estatus que la predecía. La mañana del 15 de septiembre, Ryan Goth descendió unos escalones y se aproximó a la salida de su casa. Acababa de enviar unos mensajes en su teléfono y estaba un poco inquieto. Salió de la residencia, atravesó el patio y se acercó a la puerta del granero. Metió su mano en su bolsillo y se sacó una llave extraña que colocó en el ojo de la cerradura. Giró la chapa y respiró profundo. Lo que encontró al otro lado de la puerta no era nada que pudiera encontrarse en otro lugar. Era una extraña guarida que él y sus amigos llamaban el Comando Central, de apariencia antigua e interesante. Bajó por unos escalones de piedra y alcanzó a ver a dos chicos que parecían estar intercambiando ideas. Uno de ellos se giró y se alegró al verlo.
—Ryan. Buenos días —saludó el chico rubio.
—¡Qué tal, Ryan! —El segundo chico se acercó sonriendo—. No creí que llegarías tan rápido.
Ryan exhaló una profunda respiración y asintió con la cabeza. Apenas unos minutos antes Parker Montgomery, el joven que acompañaba al chico rubio, le había pedido que viniera al Comando Central de manera urgente.
—Justo cuando me reintegro a la universidad estas cosas suceden —comentó Ryan.
—Milton obtuvo unas buenas lecturas. Parecen venir desde Cronos.
Ryan se cruzó de brazos mientras Milton, el rubio de tez blanca, manipulaba un dispositivo rectangular que tenía control sobre la Cinetia, una enorme pantalla digital cuya función era detectar energías misteriosas emergiendo en el País de las Regiones Mágicas Unidas y el Mundo Humano.
—Todavía me cuesta hacerme a la idea de que los Reyes Mágicos construyeron todo esto para nosotros —Ryan lucía admirado.
—Los Reyes Mágicos están llenos de secretos —sugirió Parker.
La Cinetia era una pantalla blanca que dibujaba los mapas en tiempo real. Cualquier punto de interés era ubicado dentro de un círculo rojo parpadeante.
—Este es el punto —señaló Milton— es una zona peligrosa, pero es la lectura que recibimos hace un rato.
—Pasaron semanas sin que tuviéramos un solo rastro de él y ¿ahora aparece de la nada? —Ryan estaba un poco escéptico.
—Conozco a Darius. Es muy escurridizo. Seguro que todo este tiempo se mantuvo oculto. Quizás esta lectura que recibimos es solo un descuido suyo —sugirió Milton.
—A mí lo que me preocupa un poco es que la lectura venga de ese lugar —señaló Parker.
—¿Hay algo malo? —Ryan los miró a ambos.
—Se le llama “Bazar Demoniaco”, es un lugar donde decenas de mercaderes intercambian o venden productos de alto valor, incluyendo magia, poderes, hechizos, pociones, libros o cualquier cosa que consideren de alta rentabilidad —respondió Parker.
—No puedo creer que todavía exista —Milton frunció el ceño.
—¿Será que Darius estaba obteniendo más poderes?
—Conociendo lo avaricioso que es mi hermano no me extrañaría.
Ryan bajó la vista y se sacó su teléfono móvil. Warren, Tyler, Juliet y Alison seguían sin responderle. Ryan quería tomarlos en cuenta para seguir la pista que Milton había encontrado, pero sentía que no podía esperar más tiempo. Para poder entrar a las Regiones Mágicas Unidas, los Protectores necesitaban un pase de residencia temporal, algo que Ryan obtuvo meses atrás. Considerando que él podía con la situación y que les llevaría un tiempo contactar al Magisterio Protector y visitar el Castillo Elemental, Ryan decidió prepararse para una nueva aventura en la región Cronos.
—De acuerdo. ¿Cómo llego?
—Ryan ¿estás seguro? —Parker se acercó a él—. ¿Qué hay de los demás?
—Tú sabes cómo son los protocolos, Parker. Yo pienso que deberíamos ir, seguir la pista y pasar desapercibidos para que Darius no nos vea.
Parker asintió con la cabeza. El plan de Ryan no parecía tan descabellado. El joven cogió unos frascos con líquidos azul y rojo, mientras Ryan se sacaba una habichuela del bolsillo.
—Tengan cuidado, Ryan —sugirió Milton.
—Lo haremos —prometió el joven de veinte años.
Ryan lanzó la habichuela al aire y un crujido llegó a oídos de todos. La habichuela formó un aro brillante que creció lo bastante grande como para igualarlo en estatura. El aro tenía unas luces que giraban de un lado a otro y en su interior se veía un cielo azul marino con destellos. Ryan no perdió el tiempo y caminó al interior del portal dimensional. Parker se sacudió las ropas y se acomodó su cabellera castaña. Segundos después, le hizo secunda a Ryan. El portal desapareció en un destello llevándose a los dos chicos.
****
Elliot era un joven de tez morena, cabello negro y de veintitantos años que trabajaba en un lugar llamado el Corredor de las Posibilidades, que tenía la colección más extensa de portales hacia otros mundos en forma de cuadros y pinturas. La puerta principal del Corredor se abrió repentinamente y llamó la atención de Elliot, que realizaba una caminata de inspección por cada uno de los cuadros. Elliot ensanchó los ojos cuando vio a Ryan y Parker entrando por la puerta principal, bastante apresurados.
—Chicos —Elliot saludó muy sorprendido— que gusto verlos por aquí, pero ¿por qué están tan apurados?
—Necesitamos llegar a Cronos, Elliot —Ryan tenía la mirada decisiva.
Elliot, sintiendo una profunda pesadumbre, espesó las reacciones de cada uno. Parker parecía compartir la misma inquietud que Ryan, así que decidió indagar sobre su visita en el Corredor de las Posibilidades.
—Sé que quizá parezca una violación que llegue a este lugar, así de repente.
—No lo es, Ryan. Eres el Protector Elegido, pero sí me preocupa que vengas así de repente diciendo que necesitas entrar a Cronos.
—Tenemos una pista de Darius, Elliot —afirmó Parker.
La expresión de Elliot dio un poco de tranquilidad a los chicos. Parecía comprender la magnitud de la situación. Sin embargo, quiso averiguar más sobre la pista que habían encontrado.
—¿Tienen sus permisos de residencia?
—Tengo el mío, Elliot, y sabes que Parker no lo necesita. Esta es una situación de emergencia. ¿Puedes ayudarnos?
Elliot asintió y no quiso entrar en más detalles. El bibliotecario caminó por el extenso pasillo y subió unos escalones, hasta que llegó a un tercer piso. Ryan le siguió con curiosidad, pero la sorpresa se la llevó Parker cuando descubrió la enormidad que mantenía el Corredor de las Posibilidades. Estaba lleno de estantes gigantes, escaleras en espiral y montones de cuadros acomodados.
—Aquí está —indicó Elliot.
El cuadro mostraba una zona llena de ruinas y un viento que sacudía sus alrededores. Cuando Ryan y Parker se preparaban para atravesar el cuadro, Elliot los detuvo. Con un chasquido de dedos el bibliotecario hizo aparecer unas capas y capuchas. Según Elliot, era mejor que ocultaran sus identidades en el lugar que visitarían. Ryan y Parker tomaron las vestimentas, se las colocaron sin dar aviso y se introdujeron en el cuadro. Los dos amigos fueron testigos de la fuerte pesadez que inundó su conciencia en un vacío. Recuperaron su visión a los pocos segundos y apreciaron las ruinas que vieron antes. Ryan volteó y escudriño los alrededores. Las ruinas eran parte de un templo enorme que Parker parecía conocer. En los alrededores había unas montañas y varios bosques.
—Ahí —señaló con su índice.
—¿Ese es lugar donde se encuentra el Bazar?
—Afirmativo.
Ryan y Parker atravesaron las Ruinas del Templo de la Fuerza, como Parker lo llamó. Se trataba de un templo que fue destruido durante la guerra por la Conquista de Cronos, miles de años atrás, y que nunca fue restaurado. Ambos caminaron durante más de media hora hasta que encontraron la entrada de una cueva. Parker detuvo a Ryan y él le miró fijamente. Estaba tratando de recordar algo. Cuando era joven estuvo en aquellas ruinas, pero no se atrevió a seguir su camino puesto que su padre consideraba que el Bazar Demoniaco era un lugar peligroso.
—Mi padre decía que muchos demonios fueron desterrados de las ciudades, aldeas y poblados de Cronos. Es como un hogar para los demonios que quedan aquí.
—No tenía idea de que había demonios en Cronos —Ryan estaba sorprendido.
—Los hay en todas las regiones. Viven como marginados. Muchos son prófugos de la Justicia Mágica y se ocultan en el Bazar Demoniaco.
Parker se armó de valor y se introdujo en la cueva, seguido de Ryan. La oscuridad era una de las razones por las que Parker temía entrar en el lugar, pero para Ryan no fue un problema. Levantó su mano y encendió un poco de fuego para iluminar su trayecto. A la salida de la cueva encontraron a dos hombres musculados que llevaban pantalones y una playera de mangas cortas.
—¿Cuál es la razón de su visita? —preguntó uno de los hombres.
Ryan y Parker cruzaron sus miradas, intentando encontrar una respuesta apropiada. Ryan decidió ser el primero en hablar y se dirigió a ambos con un tono intimidante y respetuoso.
—Somos dos viajeros en busca de poderes. Nos contaron en Lucavile sobre este lugar —Ryan quería sonar lo más convincente posible.
Los dos guardias no parecían convencidos con las afirmaciones de Ryan. Parker no quería que la intromisión de aquellos dos individuos les hiciera perder más tiempo, así que se las ingenió como pudo para persuadirlos.
—Miren, mi amigo y yo tenemos esto —Parker levantó las palmas y creó unas esferas de poder color blancas y brillantes— no es tan fuerte como para enfrentar a los adversarios que nos están persiguiendo. Por eso estamos aquí.
Uno de los guardias notó convencimiento en el rostro de Parker, por lo que se hizo a un lado y permitió que los dos chicos pasaran. Ryan se agarró el cuello de la camisa, frunció el ceño y les lanzó una pesada mirada que logró intimidarlos. En la entrada del Bazar Demoniaco, había un gran arco rodeado de rosas negras y blancas que hacía alusión a la clase de seres que desfilaban en el lugar. No solo era visitado por demonios, sino también por otros seres mágicos que buscaban a sus opresores. Ryan y Parker avanzaron entre la muchedumbre que se detenía a ver lo que los mercaderes ofrecían. Desde criaturas extrañas con deformidades y otras personas cuyo color de piel era azul, verde y blanco. Ryan y Parker continuaron su camino hasta que se encontraron con una fuente en la que había otras personas realizando actos mágicos.
—Esto me recuerda al Monasterio de los Milagros —Ryan habló en voz baja.
—¿Eso dónde es?
—En Terrance Mullen. El lugar donde Sophie dirige la Congregación de Brujas. Cada año se celebra un festival donde todas las brujas de la zona se reúnen.
—Ya entiendo.
—¿Ves algo sospechoso?
Ryan y Parker permanecieron quietos observando a la muchedumbre que se conglomeraba en cada rincón del Bazar. Era un lugar bastante peligroso y los dos chicos tuvieron bastante cuidado al realizar sus inspecciones. Continuaron su camino por otros tres pasillos más del Bazar hasta que notaron a una persona de traje que recibía un orbe brillante de manos de otro hombre. Ryan y Parker se aproximaron para vigilar de cerca y, cuando la persona giró la vista, lograron ver un lado de su rostro. No tenían ninguna duda. Era el mismo Darius.
—Te dije que estaría buscando magia. ¿Ves ese orbe? —señaló Ryan.
—¿Qué hacemos?
—Sígueme.
—Pero Ryan, tú dijiste que...
—No hay tiempo.
Ryan apresuró su paso, esquivando a cada paseante que se cruzaba en el camino. Su actitud sospechosa alertó a Darius, que se giró completamente y logró ver a Ryan. Darius ensanchó los ojos y se quedó boquiabierto. ¿Cómo carajos le habían encontrado? Sin dar una explicación entregó unos artefactos extraños al mercader que lo atendía.
—¡Quédese todo! —Exclamó Darius.
Ryan comenzó a correr y Darius hizo lo mismo. La persecución alertó a los paseantes y mercaderes, pero para ellos no era inusual ser testigos de aquella clase de situaciones. Ryan acorraló a Darius en un pasillo sin salida y se le fue acercando lentamente. Se quitó la capucha y le dio la cara, mientras que Darius movía la vista para los lados, intentando encontrar una salida.
—¿Cómo me encontraste? —Darius intentó mediar la situación.
—Esa es información que no puedo compartir contigo, pero ansiaba mucho con hacerlo.
—Tienes que irte. Ya tienes lo que querías ¿no? Tranquilidad en Terrance Mullen.
Ryan se acercó lentamente a Darius y con sus expresiones reprobó sus acciones. Sabía que debía detenerlo, sobre todo después de robar los poderes de su novia Alison.
—Todavía tienes algo que nos pertenece.
—¿La magia de esa bruja? Por favor, es una Protectora.
—Mucha gente murió para que tú lograras lo que querías, Darius. Eso no va a quedar impune.
—Ya estoy aquí. ¿Para qué me quieres?
—Porque siento que tramas algo más grande y que no te vas a detener hasta que lo logres. Creo que todas tus acciones tuvieron un propósito, ¿no?
Parker se acercó por detrás de Ryan. El chico tenía entendido que su viaje fue solo para espiar a Darius, pero nunca esperó que Ryan cambiara de opinión.
—Ryan, tal vez sea mejor llamar a los demás.
Ryan miró a Parker y ese momento de distracción le costó el escape de Darius, quien se movió hacia el interior de un puesto de artefactos antiguos. Ryan maldijo, pero no perdió el tiempo. Siguió a Darius con paso rápido hasta que logró verlo salir del Bazar y agarrándose la cintura. Darius llevaba un extraño cinturón metálico con unas luces parpadeantes. Darius corrió hacia las ruinas del Templo de la Fuerza y Ryan lo atacó con sus magias. La explosión de unas rocas detuvo a Darius, quien se giró y levantó las manos. Ryan lo tenía acorralado y se preparó para atacarlo con dos esferas de fuego que desarrolló en sus manos. Darius volvió a agarrarse el cinturón y presionó unos botones. Alzó las manos y atacó a Ryan con unos rayos de energía. Ryan se lanzó para un lado y esquivó los ataques. Tomó posición de ataque y embistió a Darius con una llamarada de fuego.
—Hasta aquí llego yo.
Darius se quitó el cinturón y lo dejó caer en el suelo. Atacó a Ryan nuevamente con sus magias, pero el chico logró embestirlo con una llamarada de fuego gigante que golpeó todo su cuerpo. Una fuerte explosión se produjo y destruyó varias de las rocas que se encontraban en los alrededores. Ryan retrocedió, tapándose con las manos. La fuerza de la explosión fue demasiado grande que tuvo que taparse los ojos. Una nube de humo se levantó del suelo y tardó unos pocos minutos en disiparse, tiempo que le tomó a Parker llegar. En el piso yacía el cinturón que Darius se había quitado y unas ropas que estaban quemadas. Ryan se acercó con el paso sigiloso e inspeccionó los restos. Se agachó en cuclillas y miró el objeto quemado. Cuando Parker se acercó, Ryan le mostró el artefacto.
—¿Qué es eso? —preguntó el joven Montgomery.
—Quizás Milton pueda explicarnos, pero no estoy seguro de lo que pasó.
—Ryan, ¿mataste a Darius?
Ryan miró las ropas quemadas y los polvos esparcidos. Quizás Darius había escapado, pero no estaba muy seguro. Sabía que él no tenía la magia suficiente para teletransportarse y ese era uno de los poderes más codiciados y prohibidos en las Regiones Mágicas Unidas.
—No lo sé.
****
Su regreso al Comando Central no resultó como esperaban. En el momento que arribaron, Tyler y Warren esperaron a Ryan por más de tres horas. Los miramientos hacia el joven fueron bastante aprehensivos, tanto que Ryan le pidió a Parker ayudar a Milton en sus investigaciones.
—No puedo creer que decidieras ir solo a esa misión, Ryan —Warren sonó directo. Sus cejas arqueadas sobre sus azulados ojos mostraron su molestia— debiste habernos esperado.
Ryan cerró los ojos, hizo un jadeo y movió la cabeza. No compartía la misma opinión de sus hermanos. Tyler se mantuvo neutral sobre la situación y se la pasó escuchando los reclamos de Warren.
—¿Querías que esperara hasta que ustedes llegaran? ¿Qué tal si desaparecía?
—Eso no lo decides tú, Ryan. Somos un equipo —insistió Warren.
—Tomé una decisión por el equipo, que es una cosa totalmente distinta. Warren, el tiempo era clave. Además…
Tyler se cruzó de brazos y frunció el ceño. También estaba molesto con su hermano, pero decidió guardarse sus opiniones. Tal vez lo mejor era guardar su reclamo para un mejor momento, a diferencia de Warren, que ese día ni él mismo se aguantaba. La relación entre Ryan y sus hermanos había mejorado desde que se convirtieron en Protectores. Durante los últimos cuatro años habían trabajado de maravilla, pero no fue hasta que el Magisterio Protector se llevó a Ryan para restaurar la magia del Círculo Protector y encontrar la misteriosa tableta de los Reyes Mágicos. Ryan era distante desde su regreso y no compartió con sus amigos sobre sus experiencias en la región Kaliospe.
—¿Qué ibas a decir, Ryan? —preguntó Tyler.
—Creo que herí a Darius de muerte o tal vez lo destruí.
—¿Qué? —Warren sonó alarmado.
—Yo solo quería recuperar los poderes que robó a Alison. Pensé que, quizás, matándolo, podría haberlo logrado.
—Pero no estás seguro de haberlo logrado.
—No lo sé, pero podríamos corroborarlo.
—¿Qué tal si Darius es el responsable de los ataques en Terrance Mullen?
Ryan alzó la mirada e hizo memoria de las actividades recientes de sus hermanos. Ambos, junto a Alison y Juliet, investigaban las muertes de dos jóvenes que podrían estar ligadas a las antiguas desapariciones propiciadas por el mismo Darius. No tenían la certeza de si había una conexión. Desde que Tyler recibió una solicitud en su sitio web llamado “Detectives de lo Desconocido”, empezaron a seguir la pista. Milton no quiso interrumpirlos. Se puso de pie y colocó un libro en un estante mientras Parker cuidaba con la mirada a los hermanos. Parker quería defender a Ryan, pero sabía que su amigo estaba un poco cambiado. Las decisiones que estaba tomando no ayudaban mucho al equipo.
—Si Darius está muerto. ¿Se terminarían las alertas que Milton ha recibido? —preguntó Warren, un poco más tranquilo.
—Debería —respondió Ryan— pero creo que podríamos realizar una visita de inspección.
—¿Qué hacía en el Bazar Demoniaco, Ryan? —Milton se aproximó cuando la tensión entre los hermanos bajó un poco.
—Tenía un orbe en sus manos. Me da la impresión de que estaba recolectando poderes.
—¿Más poderes? —Preguntó Tyler—. ¿Qué no tiene llenadera?
—Eso no es todo —Milton acercó el dispositivo quemado que Ryan y Parker habían encontrado— Darius usó este aparato para evitar ser detectado.
—¿Qué es lo que hace? —Tyler miró el dispositivo.
—Deshabilita tu presencia mágica. Son muy comunes en las Regiones Mágicas Unidas. Hay seres malignos que los usan para evitar ser detectados por la Policía Mágica. Han existido desde hace mucho tiempo. Esta es una versión mejorada de la que yo conocía.
—Aún me cuesta creer que Darius sea tu hermano, sin ofender —Tyler esbozó una sonrisa y sacudió sus risos dorados.
Ryan se cruzó de brazos y también sonrió, aunque no podía quitarse los miramientos reprobatorios de su hermano mayor. Tyler lo acompañó en un recorrido visual por las grandes enciclopedias que los Reyes Mágicos guardaron en el Comando Central, que fue creado para albergar sus conocimientos sobre magias ancestrales. Los únicos que tenían acceso al Comando Central eran los Protectores y Milton, siendo este último el vigilante del lugar. Desde que los Reyes Mágicos detuvieron a los Príncipes Legendarios de Cronos en la antigüedad, Antasia le pidió a Milton que custodiara el Comando Central y esperara la llegada del Protector Elegido. Ella lo había planeado todo. La encomienda de Antasia fue una recompensa por haber ayudado a detener a sus malvados hermanos. Como gratitud, lo dejaron conservar sus magias, pero la mayoría de sus recuerdos fueron borrados. Cuando Antasia murió, Milton recuperó su memoria, pero existían recuerdos reprimidos a los que no había podido tener acceso aún.
—Todavía no entiendo cómo es que no recuerdas detalles de tu vida al lado de tus hermanos —Warren se cruzó de brazos— ¿por qué eran Príncipes? ¿Quiénes los eligieron?
—Me da la impresión de que Antasia te hizo algo —sugirió Ryan.
—O tal vez todo esto es plan de tu hermano, ¿o me equivoco, Nicolai? —Tyler le lanzó unos miramientos pesados.
—Entiendo tu preocupación, Tyler, pero te aseguro que no es así. Mis intenciones son genuinas y por eso los Supremos me pidieron que me acercara a ustedes, desde hace mucho tiempo.
—¿Qué hay de las dos muertes que sucedieron recientemente? —preguntó Ryan.
—Alison y Juliet han estado investigando un poco. Ellas tienen información sobre las dos personas. Eran estudiantes de la universidad de Terrance Mullen.
—Ryan, yo creo que el Magisterio pudo haber hecho una excepción el día de hoy —Warren seguía un poco molesto.
—No pensé en eso, Warren. Solo pensaba en detener a Darius y recuperar los poderes de Alison.
Ryan se separó de sus hermanos por unos momentos y revisó una enciclopedia que Milton tenía abierta. Existían informaciones que databan de siglos atrás sobre el Bazar Demoniaco. Cualquier dato era útil en la búsqueda de Darius, aunque Ryan creía que pudo haber muerto en el ataque. Considerando que perdió su neutralizador de magia, Milton sabía que la Cinetia podría haber detectado la presencia de Darius. Los hermanos Goth y Parker permanecieron un rato más en el Comando Central y, cuando dieron las cinco de la tarde, abandonaron el lugar y prometieron a Milton volver después. Milton no tenía permitido dejar el Comando Central puesto que, si Darius seguía vivo, podría encontrarlo con facilidad. La mejor forma de corroborar si estaba realmente muerto era volver a Cronos, pero los chicos no estaban preparados para los complicados protocolos del Magisterio Protector.
****
Las playas Mullenas se llenaron de celebración esa tarde. Decenas de personas se aglomeraron para despedir el verano. Juliet Sullivan estaba recargada en su coche, con gafas puestas y su cabello rubio peinado en una coleta. Tenía la mirada puesta sobre las personas que se encontraban en la playa. Alison Pleasant le hizo compañía. Llevaba unos binoculares que usaba para buscar a una persona.
—¿No logras verla? —Juliet se cruzó de brazos.
—No. Estoy segura de que vino a este lugar cuando la vimos salir de su casa.
—Debe ser el calor. Es sofocante. Seguro que decidió volver a casa porque el clima no le agradó.
—No lo creo. Los Mullenos aman el calor, sobre todo en verano. Sería muy extraño si hubiese vuelto a casa.
Juliet se quedó pensativa. La normalidad con la que aquellas personas llevaban sus vidas le daba un poco de envidia, pero Alison no sentía lo mismo. A ella le encantaba su vida como Protectora.
—Tal vez solo estoy cansada.
—¿Lo dices porque quieres estar como esas personas?
—No lo sé. Extraño vivir en casa y mi vida ha cambiado mucho en el último año.
—Entiendo. Para mí tampoco fue fácil, pero sabía que era la decisión correcta. Además, ser una Protectora le da significado a mi vida.
—¿Será que por eso no quieres recuperar tus poderes?
Alison se quitó los binoculares, sacudió sus castaños cabellos y miró a Juliet con el ceño fruncido.
—¿Qué te hace pensar eso?
—Nunca hablas de ello y no te has mostrado preocupada.
—Sigo siendo una bruja, Juliet. Lo único que perdí fueron mis poderes, que son una extensión de mi magia.
Juliet y Alison habían pasado casi media hora vigilando las playas de Terrance Mullen. Siguieron a la hermana de una de las víctimas de los crímenes perpetrados una semana atrás. Un enemigo desconocido estaba matando a personas en la ciudad, especialmente a estudiantes universitarios. Las chicas creían que podría tener alguna relación con lo sobrenatural por la forma en que los cuerpos fueron encontrados. Les habían quitado los ojos y tenían marcas de mordedura en el cuello. Meses atrás, ellas y sus amigos descubrieron un extraño fenómeno que se había formado debajo de la universidad y dónde se construyó un templo para ocultar su existencia. El fenómeno, mejor conocido como Umbral de Energías, había sido liberado por Darius y parecía estar causando disturbios en la ciudad. Alison creía que tal vez por eso estaban sucediendo los crímenes, pero no estaba muy segura.
—Me pregunto si Samuel ya tendrá respuestas. Lo último que nos dijo fue que el acceso al Veneficus Den estaba restringido. Necesitamos entrar y averiguar si realmente es la causa de todo esto —Juliet estableció sus teorías.
Alison interpretó un agudo silencio. Se puso los binoculares para observar de cerca el festival que comenzaba en las playas Mullenas. Había una persona dando instrucciones a través de un megáfono, pero no vio nada relevante. La persona que buscaban no se había presentado en el lugar.
—Quizás se dio cuenta de que le seguíamos. Ya le hemos hecho muchas preguntas y no sabe nada. Según ella —afirmó Alison.
Juliet metió su bolso en el asiento de conductor mientras una decepcionada Alison se subía al asiento de acompañante. La seriedad de Alison inquietó un poco a Juliet, quien no dudó en cuestionarla.
—¿Estás bien?
—Sí. Es solo que Millie ha estado muy insistente en que recupere mis habilidades, pero no lo sé, no siento que deba hacerlo.
—Pues debes hacerlo amiga o de lo contrario se quedarán en manos de ese bastardo.
Alison se quedó pensativa y puso la vista sobre la ventana. Las preocupaciones de Juliet parecían ser mayores, aunque no tuvieran nada que ver con la magia. Meses atrás su madre, Margaret Sullivan, decidió vender la casa donde vivían y se mudó a Londres para quedarse indefinidamente. Juliet pudo mudarse con su hermano Mark, pero tomó la decisión de no hacerlo. Ahora vivía con Alison Pleasant, su mejor amiga y, aunque tenían sus diferencias de vez en cuando, se querían como si fueran hermanas y había una excelente comunicación entre ambas. Cuando Juliet puso en marcha su coche para salir del Muelle 78, Alison recibió un mensaje de Ryan quien la puso al tanto sobre lo ocurrido.
****
Alison se encontraba irritada. Le inquietaba la extraña actitud que Ryan había asumido desde su regreso Kaliospe. Ella fue la primera que se dio cuenta, pero no había querido contarle a los demás. Prefería esperar el momento ideal para hablarlo directamente con su novio. Ni siquiera tenía la confianza suficiente en Millie para hacerlo. Creía que su hermana no pararía de hablarle sobre cómo recuperar los poderes de los que fue despojada. Alison llevaba un tiempo viviendo en la universidad de Terrance Mullen, exactamente en el edificio Maxfield, uno de los más concurridos del campus. Su antigua compañera Katherine resultó ser una impostora, que luego terminó corrompida por la magia de Darius. Las diferencias y secretos que compartió con Alison terminaron por distanciarlas y eventualmente Katherine abandonó el dormitorio. Hacía un tiempo que Alison no sabía nada de la joven y ni siquiera sabía si seguía trabajando en el Sol Naciente, el único bar dentro del campus universitario.
La mañana del 16 de septiembre, Alison tendió su cama antes de partir a su trabajo en la tienda de antigüedades “La Bala Mágica”, dónde llevaba cuatro años laborando. Sin embargo, se detuvo cuando Juliet entró al dormitorio bastante inquieta. Hacía un calor endemoniado en los exteriores y lo único que quería era un poco de agua fresca.
—¿Te dio un golpe de calor? —preguntó Alison mientras doblaba una sábana.
Juliet asintió y se dejó caer sobre la cama.
—Creo que una siesta ayudará un poco —sugirió Alison riendo.
—Hacen más de 37 grados afuera. Y apenas son las diez de la mañana.
—Descuida, el otoño llegará pronto.
Juliet miró a su amiga un poco perpleja. Alison parecía estar dispersa y le molestaba sentirse así. Aunque le faltara su magia estaba más preocupada por Ryan.
—¿Sucedió algo entre tú y Ryan?
Alison soltó la sábana. Juliet parecía adivinar sus pensamientos. Se sacudió la cabeza y cerró los ojos.
—¿Por qué lo dices?
—Te conozco y he notado algo raro entre ustedes dos.
Alison puso la sábana sobre su cama y tomó asiento.
—Desde que volvió de Kaliospe siento que le está costando ser él mismo. Es como si tuviera que readaptarse a este lugar.
—Quizás solo necesite tiempo. No debe ser fácil sentir que el Magisterio lo considerara el más apto para restaurar la magia del Círculo Protector.
—Tal vez, pero está raro. No quería contarle a nadie sobre esto, no sin antes hablar con él, pero ya no puedo más.
—Querías desahogarte y eso está bien, Alison. No solo soy tu compañera de dormitorio, sino que soy tu mejor amiga también.
—Me pregunto si fueron las regiones mágicas o la magia del Círculo Protector lo que cambió a Ryan.
—Warren me dijo que ayer se comunicaron con Albert. Él nos concretará una reunión para que podamos visitar Cronos. Son tan diplomáticos y apegados a sus protocolos.
—Solo están preocupados de que la brecha que separa nuestro mundo y las regiones mágicos quede vulnerable.
Juliet sacó una botella de agua del refrigerador mientras su amiga cogía su bolso para abandonar el dormitorio.
—¿No quieres que te acompañe? —Juliet bebió un sorbo de agua.
—¿Qué no ibas a descansar?
—Yo solo decía.
Alison movió la cabeza en negación y le dio una sonrisa.
—Qué cruel eres —Juliet frunció el ceño.
—Necesitas adaptarte a esta nueva vida, Juliet. Para mí tampoco fue fácil. Debes pasar tiempo contigo misma haciendo cosas de tu nueva vida.
—Me siento extraña y eso que ya pasaron unos meses. A veces quisiera estar en la piscina y relajarme.
—Lo que menos podemos hacer ahora es relajarnos.
Juliet se sacudió las manos. Estaba un poco tensa con su trabajo como Protectora y su nueva vida como estudiante universitaria. Nunca antes había estado fuera de casa como en los últimos meses.
—A veces me siento fuera de lugar. Tú sabes, todo esto es muy nuevo. Nunca he trabajado. No soy como ustedes, quiero decir, como Tyler, Millie y tú, que ya han tenido trabajos.
—No necesitas un trabajo para probar tu valía como persona o Protectora.
—Lo sé.
Alison se despidió de su amiga con un beso en la mejilla y le dio un abrazo. Juliet sentía que estaba alejada de su familia. La última llamada que tuvo con Margaret fue solo para discutir sin cesar. Margaret se había enterado de que Juliet no estaba viviendo con su hermano Mark y eso le molestó de sobremanera. Margaret tenía ciertos problemas con aceptar la vida de Juliet como Protectora y, aunque nunca se lo dijo a su hija, fue una de las razones por las que se alejó. Sin embargo, quería que Juliet viviera con Mark porque sabía que era una forma de seguir presente en la vida de su hija. Por otro lado, Juliet quería ser independiente, pero le estaba costando trabajo construir ese estilo de vida.
La campana de la Bala Mágica hizo un sonido cuando la puerta se abrió. Alison entró con el paso apresurado, pero se detuvo cuando vio a un hombre uniformado entregando varias cajas enormes. Nick Foster, un joven rubio de ojos azules y que era amigo de los Protectores y también trabajaba en la Bala Mágica, firmó unos formatos que el uniformado le proporcionó. Alison se aproximó a revisar las cajas recién llegadas, pero Nick ya se había adelantado.
—No tenía idea de que el proveedor venía el día de hoy —Alison se empujó el cabello para atrás.
—La señora Carol me avisó esta mañana. Descuida, sé que tú y los chicos han estado muy ocupados con el hallazgo de esos cuerpos.
—Juliet y yo seguimos una pista ayer. Se trataba de la hermana de uno de los jóvenes asesinados. Son de la misma edad. Ella jura que cuando su hermano y la otra chica salieron del Hutren, vio unas siluetas ir detrás de ellos. Eso es lo que me informaron.
—¿Rachel?
—Ella fue quien pudo obtener ese dato de parte de Logan Peters.
Nick movió las cajas con algo de dificultad mientras Alison revisaba unos reportes en la computadora. La señora Goth se presentó una hora más tarde. Se veía tan bien que no aparentaba la edad que tenía. Los destellantes brillos de su cabello rubio eran más notables ya que durante el verano se aplicó un tinte dorado que le gustaba más. Alison y Nick pusieron a Carol al tanto sobre las mercancías recibidas y ella dispuso un poco de su tiempo para una inspección visual. Durante ese turno, Nick se dio cuenta de que Alison estaba distraída cuando atendió a unos potenciales clientes. Antes de que la joven acabara su turno y mientras la señora Goth revisaba los libros contables, Nick se acercó a Alison preocupado.
—¿Segura que te encuentras bien?
—¿Por qué lo dices?
—Te ves distraída. Siento que no estás aquí y debemos apurarnos con los preparativos de la subasta que la señora Goth está organizando.
Alison ensanchó los ojos y se puso inquieta. Había olvidado por completo la subasta.
—Qué torpe soy. Lo siento —Alison cerró los ojos— descuida, no sé qué estaba pensando.
—Puedo cubrirte, Alison. Si gustas. Seguro que la señora Goth lo entenderá.
—No. Necesito estar en el trabajo para enfocarme en algo que no sean demonios y muertes.
Las respuestas de Alison no convencieron a Nick. El cansancio de la joven era notable, pero tenía que respetar los deseos de su amiga. Después de todo, era una Protectora y tal vez solo estaba incómoda por la situación vivida con Darius.
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La noche cayó rápido en Terrance Mullen. Las estrellas se apreciaban en el oscuro cielo y el calor empezaba a desaparecer. Tyler Goth se quitó el mandil que usaba como trabajador de la cafetería La Piedra Lunar. Había terminado su turno a las nueve de la noche y el dueño de la cafetería le pidió que organizara los turnos para el resto de los empleados. Dado que había un “asesino” matando personas jóvenes en las calles Mullenas, los trabajadores de la cafetería debían tener el mayor de los cuidados para permanecer fuera del radar del victimario. Tyler también sabía que se acercaba una gran carga de trabajo ahora que todos los estudiantes estaban de vuelta en clases y tenía que estar alerta. Esa noche, antes de salir de la cafetería, su novia Rachel lo esperaba junto a Nick Foster y Parker Montgomery. Tyler se acercó con el teléfono en mano mientras otro de sus compañeros apagaba las luces de la cafetería y se encargaba de cerrar las puertas de entrada.
—¿Mucho trabajo? —preguntó Rachel.
—Estuvo algo movido. Espera a que empiece la tercera semana de clases. Aunque podría decir que estoy emocionado.
Tyler y sus amigos tenían una misión esa noche. Realizar vigilias nocturnas en busca de posibles pistas que alertaran sobre el despertar del Umbral de Energías. Samuel les había proporcionado un “Lector de Energías Místicas” y Nick los apoyaría con su habilidad de la vibración. Tyler estaba complacido de involucrar a Parker en las actividades de vigilia ya que pondrían a prueba las habilidades que él y sus hermanos le enseñaron semanas atrás. La estadía de Parker en Terrance Mullen había sido excelente. El Magisterio Protector le permitió pasar un tiempo con los Protectores para aprender sobre ellos y sus capacidades. Parker tardó un tiempo en acoplarse al Mundo Humano ya que en su lugar procedencia había magia por todos lados. No había manera en la que cualquier humano normal pudiera apreciar la existencia de las regiones mágicas, aunque usara sistemas de aviación de última tecnología. Había tanto que Parker extrañaba de las Regiones Mágicas, pero también estaba aprendiendo mucho de los humanos. Aun así le costaba entender que la magia era un secreto en Terrance Mullen. La presencia de Nick durante las vigilias era imprescindible. El joven tenía la habilidad percibir emociones y sensaciones pasadas y presentes en los lugares que visitaba. Si alguien había cometido un asesinato en la universidad, Nick era capaz de sentir lo sucedido con solo visitar el sitio. Cuando la energía del lugar era muy negativa, Nick sentía una pesadez que podría abrumarlo mucho.
Tyler y los chicos abandonaron la cafetería y se dirigieron al interior del campus. Nick tomó la delantera para percibir cualquier vibración extraña y Parker tuvo a la mano el Lector de Energías Místicas. Era un aparato con forma de tableta electrónica y con dos agarraderas extrañas con forma de guadaña y que tenía una pantalla que mostraba formas difuminadas que, según Samuel Hughes, detectaba la presencia campos electromagnéticos que en realidad eran energías místicas. Los chicos se aseguraron de que el campus estuviera solo para poder inspeccionar la entrada del estadio y el centro de estudios que, durante meses atrás, fueron los dos accesos principales al Veneficus Den, un templo construido debajo de la universidad.
—Miren, aquí hay algo —Parker señaló la pantalla del Detector— esto muestra que aquí hubo cierta actividad.
Nick se agachó en cuclillas y puso su palma sobre el suelo. Giró la mirada y movió su nariz para concentrarse y ejercer su poder de percepción.
—¿Qué sucede? —preguntó Tyler.
—Puedo sentir una carga de energía muy alta. De repente sentí mucha pesadez por todo mi cuerpo. Aquí sucedió algo.
—Pero no ha sucedido nada anormal en la escuela en los últimos meses —sugirió Rachel.
—¿Y si fue el día en que Ryan y yo nos enfrentamos a esos chicos? —Tyler hizo memoria del lugar—. Fue cuando Samuel se quitó la máscara y nos explicó que era un aliado.
—Cierto —afirmó Parker escudriñando— fue por aquí.
Parker miró bien la pantalla del detector. La sombra difuminada se extendió un poco más. Tyler se acercó al dispositivo para apreciar con claridad, pero un viento fresco los tomó por sorpresa y todos se giraron al escuchar un extraño ruido. Unas energías brillantes con forma de rayos se dibujaron en el aire. Tyler se apartó unos metros y vigiló el fenómeno. Parker estaba asombrado y Nick indagó en sus pensamientos sobre el origen de aquellas energías. Una fuerza invisible en forma de ola los empujó a todos y provocó el movimiento de varios árboles.
—¿Qué sucede? —Parker se levantó de inmediato.
—Hay algo ahí, al otro lado, puedo percibirlo —Nick frunció el ceño.
—Yo también —afirmó Rachel— es algo perverso.
Una extraña figura se divisó al otro lado del portal dimensional. Tenía la forma de un humano. Cuando atravesó el portal, los chicos fueron capaces de ver su verdadera forma. Tenía la cara arrugada, el cabello blanco y vestía unas ropas que parecían de la época medieval. Parecía ser una persona desorientada, pero cuando Tyler hizo un ruido, la persona abrió la boca y mostró unos afilados colmillos.
—¡Atrás! —exclamó una voz en las lejanías.
Rachel, Tyler, Nick y Parker reconocieron la voz. Una pequeña bolsa de tela saltó en el aire e impactó en el torso de la persona. La bolsa hizo una explosión y le tumbó al suelo. Ryan Goth, en compañía de Alison Pleasant, llegó corriendo al lugar. Alison levantó las manos para usar sus poderes como Protectora en contra de la persona. La primera impresión de Tyler y los demás fue que se trataba de una persona perdida, pero la reacción de Ryan les hizo saber que era una criatura de otro mundo. La criatura se movió rápido y agarró a Parker de las ropas. El joven Montgomery dejó caer el detector y trató de soltarse. Tyler se abalanzó sobre la criatura, pero esta lo lanzó de una patada contra unos contenedores de basura. El joven Goth se levantó de inmediato. La criatura era muy fuerte y, por su apariencia, parecía ser bastante antigua. Ryan pegó una carrera para rescatar a su amigo Parker y le dio unos puñetazos a la criatura en el abdomen. Parker logró soltarse, no sin antes ser rasguñado en el brazo por la criatura. Esta se defendió a capa y espada de Ryan, y Tyler se unió a su hermano para ayudarlo. La criatura lanzó un chillido muy fuerte y ensordecedor, provocando que los chicos se taparan los oídos. Aprovechó el momento y corrió hacia una de las salidas de la universidad.
—¿Qué diablos sucedió? —preguntó Tyler.
—Ha huido —Ryan se levantó y miró en todas las direcciones— tenemos que detenerlo.
—Ryan, ¿qué era eso? ¿Cómo apareciste en el momento exacto?
—Milton nos alertó —reveló Alison— mencionó que había actividad mística en la universidad y usamos uno de los detectores que Samuel nos dio.
—¿Puedes ver la escuela a través de la Cinetia? —preguntó Parker.
—Así es. Ahora que Ryan derrotó a Darius, Milton está al tanto de las muertes en la ciudad y quiere ayudar —respondió Alison.
—Esa criatura viene de otro mundo y no podemos dejar que ande merodeando por la ciudad —sugirió Ryan.
—¿Creen que haya sido la causante de las dos muertes? —preguntó Rachel.
—Podría ser, pero, si acaba de aparecer, ¿qué relación podría existir? —Alison se agarró las caderas.
—Eso es lo que tenemos que averiguar. Si el Umbral está haciendo esto, entonces estamos en problemas serios porque podrían venir más —Ryan escudriñó los alrededores y con el detector en mano, pero este no era capaz de mostrar la ubicación de la criatura. Se había esfumado.
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